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VOCYFERATOR

VOCYFERATOR

Siguiendo el modelo de la paideia platónica, y recordándonos implícitamente la fórmula socrática de que nadie hace el mal a sabiendas, hoy nos ha visitado un vociferador esponjoso con talante, aplicado en ceremonias y seguro de su espectáculo. Seguro que -con su sonrisa Lancôme- nos recuerda los prodigios y peripecias de su acción de gobierno, pero también nos recuerda los males de esta tierra llamada por algunos España, por otros "Estado" y por nadie por su denominación internacional, Reino de España: la violencia de género, en la modalidad del pobre, en la modalidad del joven, muertes en nuestras carreteras, terrorismo, catástrofes naturales ...Y, ya se sabe, si en la era de la economía viral, el blanqueo de dinero es una actividad primordial -blanqueo de una historia sucia-, en la era de la transpolítica, todo hombre con poder es hoy merecedor de una inculpación virtual y debe ser blanqueado como el dinero negro.

Pero no está sólo. Le acompañan dos integrados acuáticos en la política española y la masa esponjosa, abreactiva y vociferante que, habiendo siendo movilizada por múltiples vías, carteles, media, red, los bocadillos de tortilla, la jarana y la algarabía toman la ciudad en sus autobuses; rehenes motorizados con slóganes, pancartas y algunos ladridos. Deseosa del espectáculo entrará en éxtasis, en la escena de ese voyeurisme continuo del grupo sobre sí mismo, mirándose en el espejo de la telepantalla (¡aunque sea la manchega!).

Pero no podemos olvidar, desde luego, esa figura estética del mensajero que , tomando la palabra como rehen en aras de una vida mejor (por los servicios prestados), inaugura el espacio semiótico de la presencia del poder en la ciudad.

Esta perfomance propulsada y propulsora, esta aplicación de los principios de la F1 al campo de lo político (la anunciación), refracta todas las energías activadas, las energías solidarias en la proeza tecnológica: el hombre máquina vociferador (Vocyferator).

Pero, al contrario de la F1, este piloto esponjiforme y su máquina no realiza su carrera a una velocidad que no nos pondría frente al imaginario de los supersónico, sino que siguiendo la velocidad inercial de los peatones realiza su función sin saber que jode, es decir, molesta tanto en el ámbito de lo público como en el privado. Este tunning de la política encarna la histeria comunicacional presente en las sociedades occidentales, y que se refleja también en la organización piramidal de la clase política: "mas comunicación que la comunicación". Vocyferator, proyectil en suspensión inercial, ataca el sistema motor y sensorial de los humanos. Nos paralizará con la sobreexposición del mensaje. Y no podemos hacer nada para detener su ataque, ya que por fortuna, no estamos en tiempos sacrificiales: sólo podemos y , no sin cierto riesgo, mandarlo a la mierda.

Y es que Vocyferator sabe que no se encuentra en una carrera fulgurante. Sabe que la competición tiene lugar en otro sitio, no en el hit parade de los pilotos, la publicidad y el star system.

Pero, por la fuerza de las cosas y del tiempo, ya no es aquél que megáfono en mano y volante en otra nos anunciaba la llegada del Líder. Incluso esta figura , en aquellos tiempos -no tan remotos- hacía uso de esta tecnología con alegría y desenvoltura. Hoy, en la era de la incertidumbre, el mensajero es un vociferador mecánico, donde apenas se distingue ya el piloto de su doble (el dispositivo vociferante).

Vocyferator,¡ proyectil inercial y en suspensión!, compite con otros proyectiles pero no hay pole position y ni siquiera visualiza el podio. Sólo tiene un objetivo claro: ladrar, infectar y clonar.

3 comentarios

un lector -

yo, amigo Protágoras, no termino de tamizar todas tus metáforas, pero desde luego algo resalta de tu discurso como verdadero porque efectivamente esa especie del vociferator que mencionas ha hecho su aparición en la realidad que si veo, en mi pantalla insultandote gratuitamente.
yo creo que a este tipo de humanos se les ha llamado toda la vida "tonto-la-mierda" y son parte de nosotros, a veces nosotros mismos a veces, pero asi somos los humanos

David -

Es evidente que el artículo no te ha dejado indiferente. Lo cual me alegra. Ahora bien, también es claro y distinto que parece que tienes el mal de las vacas locas, en tanto en cuanto tus proposiciones son ad hominen ( van dirigidas contra mí) y no discuten el contenido del artículo.
No se si será porque careces de herramientas argumentativas, para lo cual te aconsejo que estudies, o porque tu ideología te impide ver más allá de tu naríz. Pero de hecho, los principios que aplica el artículo pueden aplicarse a cualquier formación, sea política, mediática, religiosa, etc...
Así pues, agradecería que no entraras por aquí más. No se lo que eres tu, ni quien eres pero es seguro que un corral sea un hábitat perfecto para tí.

Tu pesadilla -

David eres un cabrón y un hijo de puta.